Éxodos 20: 1-17
EL PROPÓSITO DE LOS DIEZ MANDAMIENTOS:
- Cuánto nos ama el santo y justo Dios que, queriendo nuestro mayor bien y gozo nos demuestra cómo conducirnos para evitar todo daño y pecado, con el fin de encontrar la mayor felicidad posible.
- Él nos creó, por tanto, nos conoce mejor que nadie, y sabe qué es lo que necesitamos.
- Por qué fue necesario que el Hijo de Dios viniera al mundo para cargar en su cuerpo la pena de toda nuestra desobediencia.
- Nos declaran la increíble recompensa eterna que les espera a aquellos que en Cristo Jesús obedecen los mandamientos.
LOS MANDAMIENTOS FUERON PUESTOS EN EL CORAZON DE TODOS LOS HUMANOS.
Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio. (Ro. 2:14-16)
JESUCRISTO Y LOS DIEZ MANDAMIENTOS
“Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas”. (Mt. 22:37-40)
A. Nuestro Señor Jesucristo, resume los diez mandamientos en dos:
Primero: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, y con toda tu mente”.
- No tendrás dioses ajenos delante de mí.
- No te harás imagen, ni ninguna semejanza…
- No tomarás el nombre de Dios en vano.
- Acuérdate del día de reposo.
Segundo: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”.
- Honra a tu padre y a tu madre.
- No matarás.
- No cometerás adulterio.
- No hurtarás.
- No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.
- No codiciarás.
B. Nuestro Señor Jesucristo nos enseña como norma fundamental para cumplir la ley, es el amor.
“No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. Porque: No adulterarás, no matarás, no hurtarás, no dirás falso testimonio, no codiciarás, y cualquier otro mandamiento, en esta sentencia se resume: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El amor no hace mal al prójimo; así que el cumplimiento de la ley es el amor”. (Ro. 13:8-10)
C. Nuestro Señor Jesucristo, vino a cumplir la ley de Dios.
“No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos”. (Mt. 5:17-19)
PRIMER MANDAMIENTO
“No tendrás dioses ajenos delante de mí” (Ex. 20:3)
¿QUÉ PROHÍBE ESTE MADAMIENTO?
- Objetos que son considerados sobrenaturales y adorados directamente o por medio de imágenes como si fueran Dios.“No haréis para vosotros ídolos, ni escultura, ni os levantaréis estatua, ni pondréis en vuestra tierra piedra pintada para inclinaros a ella; porque yo soy Jehová vuestro Dios”. (Lv. 26:1)
- Un ídolo o un dios también puede ser algo material, algo que capta todo nuestro interés, que llena nuestro pensamiento, que llega a ser nuestra razón de vivir, cosa sin la cual creemos no poder ser felices, y que adoramos y servimos con nuestro tiempo, dinero y corazón.“Pues ya les dije varias veces y ahora se los repito de nuevo con lágrimas en los ojos: hay muchos cuya conducta demuestra que son verdaderos enemigos de la cruz de Cristo. Van camino a la destrucción. Su dios son sus propios apetitos, se jactan de cosas vergonzosas y sólo piensan en esta vida terrenal”. (Fil. 3:18-19)
- El mandamiento también prohíbe la adoración de espíritus diabólicos sobrenaturales (Satanás y sus demonios)“No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti”. (Dt. 18:10-14)
CONCLUSIÓN:
- Con este mandamiento Dios no pretende quitarnos las cosas que nos dan felicidad. Lo que quita la felicidad es el pecado, precisamente lo que Dios quiere que evitemos.
- Lo que pide como nuestro Creador y Señor en este mandamiento es que le amemos a Él primeramente y por encima de todas las cosas.
- Por lo cual, adorar a cualquier cosa en lugar de Dios es rechazar ese precio pagado en la cruz que nos reconcilia con Dios, y aborrecer al que tan alto precio pagó.